Cómo cuidar el corazón

Es importante saber cuidar el corazón ya que, como todos los demás órganos de nuestro cuerpo, necesita unos cuidados básicos para que su funcionamiento sea adecuado.

¿Qué es y cuáles son las funciones del corazón?

El corazón es el órgano muscular principal del sistema circulatorio. Este órgano lo tienen todos los animales que posean un aparato circulatorio, eso incluye a los vertebrados. En el ser humano el corazón es un músculo que está hueco por dentro y está situado en la cavidad torácica.

El corazón tiene el mismo tamaño del puño de la persona que lo porta. Es decir, si quieres saber cómo es de grande tu corazón, más o menos, solo tienes que formar un puño con tu mano. Este será el tamaño aproximado de tu corazón.

Este órgano se dice que es autocontrolado. Y su función consiste en bombear la sangre y los elementos que ésta contiene para que llegue a todos los órganos del cuerpo humano. Por esta razón es tan importante que tengamos muy en cuenta los cuidados del corazón.

En este artículo vamos a ver las distintas formas de cuidar el corazón. Vamos a ver que no hay que dejar de hacer muchas cosas ni privarte de nada para tener un corazón sano. Solo con introducir pequeños cambios en el estilo de vida que lleves, sobretodo si es un estilo de vida sedentario, aportará grandes beneficios para tu sistema circulatorio. Las áreas principales de tu estilo de vida en las que vamos a introducir cambios son la alimentación, el sueño y la actividad física.

¿Qué puedo hacer para cuidar el corazón?

Instrucciones para cuidar el corazón

  1. Disminuir la ingesta de sal y de azúcar. Aunque no lo sepamos, gran cantidad de las comidas que compramos, sobretodo las que son preparadas o listas para cocinar, contienen grandes cantidades de sal y azúcar. Seguramente hayas oído hablar a los médicos o has leído en alguna revista que el consumo excesivo de sal puede perjudicar tu corazón. Bueno, pues es cierto. Por eso, intentar reducir las comidas que tengan mucha sal es una forma de cuidar el corazón. Apuesta por las comidas hechas en casa y no le añadas tanta sal como antes. El abuso de sal provoca que la presión arterial aumente. Una presión arterial alta puede producir infartos ya que la sal transforma las arterias, haciendo que pierdan su elasticidad y se vuelvan duras. Esto quiere decir que la sangre no se bombeará igual de bien y, a la larga, pueden ocurrir infartos u otras complicaciones del funcionamiento habitual del corazón. Por otra parte, el consumo en exceso del azúcar no afecta directamente al corazón, pero provoca problemas indirectamente. Cuando tomamos mucha cantidad de azúcar, nuestro cuerpo no está preparado para asimilarlo. Por lo tanto, se va acumulando en forma de grasa. Cuando una persona come muchas comidas con elevados niveles de azúcar de forma constante y habitual, con el paso del tiempo, irá acumulando grasa en exceso, llegando a provocar obesidad. Y la obesidad se relaciona con problemas circulatorios y del funcionamiento del corazón, ya que las arterias se taponan y la sangre no puede hacer su recorrido de forma correcta.

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  2. Aumenta la ingesta de grasas vegetales. Las grasas no saturadas o grasas de origen vegetal ayudan a bajar los riesgos cardiovasculares. Algunos ejemplos de grasas de origen vegetal son la margarina, el aceite de girasol o el aceite de oliva. Como bien sabemos, hoy en día hay un consumo excesivo de grasas saturadas. Estas grasas son las que se acumulan en el cuerpo y cuando hay mucha cantidad, provocan obesidad. Hay que saber que ambas grasas son necesarias para el funcionamiento del organismo, pero en cantidades adecuadas. Las grasas saturadas o grasas que provienen de los animales son las que facilitan los problemas del corazón. Algunos ejemplos de grasas que provienen de los animales son los huevos, la leche y sus derivados (incluyendo los productos lácteos sin descremar), la mantequilla, los embutidos, las salsas y todos los alimentos que están fritos en general. Además, suele coincidir que las grasas saturadas son las que más sal contienen. Con esto no queremos decir que dejes de comer este tipo de alimento, sino que reduzcas su consumo a unos niveles más bajos para que tu corazón esté sano. Y además, aumentes el consumo de grasas de origen vegetal para ayudar al correcto funcionamiento del corazón.
  3. Eliminar el alcohol, el estrés y el tabaco de nuestras vidas. Cuando se consume alcohol en exceso, empezamos a poner nuestra vida en peligro. Tomar una copa de vino al día es beneficioso para la salud y aporta muchas ventajas a nuestro organismo. Además de alargar la esperanza de vida según algunas investigaciones hechas al respecto. Por otra parte, el consumo de tabaco aporta a nuestro organismo sustancias como la nicotina o el monóxido de carbono, además de las múltiples sustancias que no solemos conocer que le echan al tabaco. Este tipo de sustancias repercuten en el corazón, haciendo que la presión arterial y la frecuencia cardíaca aumenten. Esto se traduce a que la calidad y la cantidad del oxígeno del que dispone nuestro cuerpo bajen. Por último, el estrés provoca tensión en todo el cuerpo, y el corazón no se libra de esto. El estrés impide que el corazón funcione bien. Además, cuando las personas se encuentran en situaciones de estrés permanentes empiezan a llevar a cabo comportamientos como comer descontroladamente y comidas rápidas, aumentando el consumo de sal y azúcar. También se suele consumir más tabaco y alcohol. Por eso, llevar una vida sin estrés intenso hará que nuestro corazón esté sano.
  4. Hacer ejercicio regularmente. Esta es otra de las cosas importantes que tienes que cambiar en tu vida para cuidar el corazón. Si ya haces deporte sabrás todos los beneficios que tiene para el organismo y para la calidad de vida en general. El corazón, como cualquier otro músculo, necesita de ejercicio para mantenerse fuerte y sano. Está demostrado que hacer ejercicio de forma regular hace que tu circulación sanguínea mejore. Las arterias empiezan a tener mayor elasticidad y la presión arterial empezará a disminuir. No hace falta que te mates haciendo deporte ni que lo hagas a diario. Con mantenerte activo, dar paseos, salir a correr o hacer ejercicios básicos en el gimnasio bastará para que tu corazón esté sano y fuerte. Cuando lleves un tiempo haciendo deporte, ya puedes empezar a aumentar el grado o el tiempo de las sesiones.
  5. Dormir adecuadamente. Por último, dormir 8 horas diarias y tener un descanso reparador hará que tu corazón esté sano. Te permite reponer energía y estar activo durante el día.

Seguro que siempre has escuchado por distintos medios eso de que hay que llevar una vida equilibrada, hacer ejercicio y todo lo demás. Quizás no le hayas prestado demasiada atención ya que, cuanto más nos repiten que algo es importante para nosotros, menos ganas tenemos de dejar de hacerlo. Pero es importante que tomemos conciencia de todas las prácticas que estamos haciendo mal y la forma en que influyen en nuestra salud. Como hemos comentado, con el simple hecho de introducir algunos cambios pequeños en nuestra vida ayudaremos, ya no solo a cuidar el corazón y que lleve a cabo sus funciones de la mejor forma posible, sino que el resto de nuestro cuerpo se beneficiará de estos cambios. Esto se traduce a que nuestra vida sea más plena y satisfactoria. Además de evitar riesgos de enfermedades, aumentar la calidad de vida y alargar nuestra vida un poco más.

Esperamos que este artículo les haya sido de gran ayuda.

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