Cómo limpiarse una herida

Cuando realizamos deporte o tenemos algún tipo de accidente podemos sufrir cualquier tipo de herida que requiera unos cuidados específicos a modo de rehabilitarse. El primer síntoma de haber tenido alguna herida es el dolor y la sangre. Estas dos situaciones, especialmente si la herida es muy espectacular, pueden llegar a producir estrés y nerviosismo. Sin embargo, la principal prioridad es mantener la calma y saber como actuar correctamente para evitar consecuencias que puedan resultar peores para tu herida.

¿Qué es una herida?

Sufrir heridas es lo más habitual, especialmente cuando somos pequeños. Nos gusta jugar y nuestro aparato locomotor no está tan desarrollado como debería. Por tanto, es usual caernos y sufrir daños, especialmente cuando aprendemos a ir en bicicleta. A la edad de entre los seis  y los ocho años, los niños aprenden a montar en bicicleta sin necesidad de ruedas auxiliares. El proceso es complicado al principio por lo que es habitual caerse. También corriendo y realizando deportes y, por tanto, se producen heridas. A partir de aquí, es importante que los padres sepan limpiar una herida y, posteriormente, trasladar estos conocimientos a los más pequeños a medida que crezcan.

Las causas de producirse una herida pueden ser muy diversas, desde un golpe, una quemadura o incluso un arañazo. Las circunstancias también son varias desde un choque realizando deporte, una caída, una quemadura por arma de fuego o mientras se cocina o incluso un arañazo de tu mascota o en una pelea. Sea como sea, cuando se produce una herida, nuestro cuerpo ve como se rompe la piel y los diferentes tejidos epidérmicos que provocan la aparición de sangre. La densidad de la hemorragia puede ser mayor o menor dependiendo del tipo de herida y la parte del cuerpo en la que nos la hayamos realizado. Además, también de la profundidad de la misma. En función del tipo de herida podemos requerir puntos de sutura para una mejor cicatrización.

En líneas generales si una herida se limpia bien no suele dar mayores problemas, pero en caso de infectarse será necesario acudir a un centro médico lo antes posible para evitar que la infección pueda extenderse a otras partes del cuerpo. Asimismo, como hemos dicho anteriormente, si la hemorragia es muy profunda y no la podemos parar o si necesitamos la actuación de un profesional deberemos acudir de urgencias cuanto antes. Una actuación a tiempo puede salvarnos de muchos problemas en el futuro como las ampollas.

Además, también es importante el control que podamos realizar de dicha herida. No olvidemos que el proceso de cicatrización dará lugar a lo que se conoce como crosta. Esta parte de la piel adquiere un color más oscuro, parecido al marrón. Se puede quitar con las uñas, aunque no es recomendable porque volverá a iniciarse la hemorragia. Muchos chicos jóvenes tienen la manía de arrancarse las crostas. Además de volver a iniciar el proceso de cicatrización puede acabar dejando una marca de forma permanente en el epidermis, lo que se conoce como cicatriz.

Beneficios de limpiar una herida

Con todo, existen múltiples beneficios de llevar a cabo un correcto proceso de limpieza de una herida. Los más destacados son:

  • Evitar que se infecte. El principal objetivo de limpiar una herida no es otro que evitar una infección que perjudique gravemente la zona dañada por una caída o cualquier tipo de golpe. Por esta razón, vale mucho la pena perder unos minutos en limpiarla correctamente.
  • Permitir una correcta cicatrización. Además, el hecho de lavar la herida es el primer paso para que cicatrice correctamente y pueda recobrar el estado original que tenía antes de la lesión o el golpe que nos hayamos dado.
  • Evitar complicaciones posteriores. Una herida mal curada es el principio de un mal mayor, que en la mayoría de ocasiones suele suponer la necesidad de acudir al médico para recibir cualquier tipo de tratamiento.
  • Enseñar a los demás su importancia. Por lo tanto, si somos capaces de dar ejemplo y enseñar a nuestro entorno como lavar una herida, también conseguiremos inculcar la importancia de lavar las heridas.

Cómo limpiarse una herida

Una vez conocida la importancia de lavar correctamente una herida vamos a proceder a explicar cómo llevar a cabo dicho procedimiento de una forma adecuada. Podemos encontrarnos ante dos tipos de herida. Las más voluminosas serán sanadas en un centro médico mediante puntos de sutura que deberán ser retirados con el paso del tiempo, o que incluso puedan llegar a caerse de forma automática. En caso que sea una herida leve deberá tratarse de una forma totalmente doméstica en el hogar. El primer paso es colocar un apósito en la herida con algún tipo de desinfectante como agua oxigenada o alcohol para heridas. El apósito deberá situarse en forma de torniquete ya que de esta forma se conseguirá cerrar la herida y evitar que la hemorragia continúe.

Este apósito deberá cambiarse con el tiempo y, por tanto, colocar uno de nuevo. Cuando llevemos a cabo dicha acción será necesario que extrememos las precauciones en cuanto a higiene. En este sentido, lávate las manos antes de cambiar tu apósito o el de otra persona. En numerosas ocasiones no somos conscientes de la cantidad de bacterias que se pueden llegar a pasar por el contacto cutáneo. Además del lavado, también es necesario secarse correctamente las manos. Saque el apósito con cuidado, y a no ser que se le haya indicado lo contrario por parte de algún médico, puede ponerle agua para facilitar su salida. Una vez la herida esté al aire libre de nuevo, proceda a realizar una nueva cura. Puede utilizar productos desinfectantes como betadine, o incluso en algunas ocasiones puede valer con la utilización simple de agua con jabón. Si en los alrededores de la herida se encuentra restos de sangre seca trate de eliminarlos ya que eso también facilitará su cicatrización. En cualquier caso, siempre es recomendable acudir a un centro médico para recibir instrucciones que sean más exactas por un profesional titulado que sepa de lo que habla.

En algún tipo de herida, también puede necesitar una jeringa para irrigar la zona inflamada y tratar de desinfectarla. Por esta razón, una enfermera y el propio profesional médico deben ser los responsables de darles las instrucciones que sean necesarias para llevar a cabo los cuidados de una forma adecuada. Las piernas son la parte más afectada por caídas o lesiones. Si fuera necesario una fuerte presión en alguna de las extremidades inferiores podría ser necesario aplicar eparina diariamente para evitar una posible trombosis que pueda tener consecuencias fatales. La higiene es fundamental pero también lo es usar apósitos adecuados en nuestras heridas. Utilizar cualquier cosa también puede conllevar infecciones posteriores. Cuando tengamos algún problema con un corte con algo metálico, también es imprescindible saber si aquella persona lleva la vacuna del tetanus. La legislación médica española suele recomendar su vacuna cada diez años para evitar males posteriores. Sin embargo, también es bueno saber que existen múltiples tipos de herida y, que por tanto, resulta muy complicado saber cuál es nuestro caso y su solución. Por esta razón, acudir al médico siempre será una buena solución para salir de dudas y prevenir posibles complicaciones en un futuro a corto plazo.

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