Neumonía en Niños y Bebés – Diagnóstico y Tratamiento

¿Qué es la neumonía?

La neumonía aparece cuando se inflama el tejido pulmonar. Esta inflamación suele venir derivada de una infección en la zona de los alveolos. Recuerda que los pulmones se dividen en dos grandes partes:

  • Los bronquios
  • Los alveolos, donde se realiza el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono. A través de los alveolos se filtra el oxígeno que se reparte al resto del cuero por medio de la sangre. Y se recoge el dióxido de carbono que no sirve al organismo y que se expulsa cuando respiramos.

Esta infección puede ser provocada por la presencia de virus o de bacterias. Sin embargo lo más frecuente es que los virus sean la principal causa de esta infección.

La neumonía es una de las infecciones más peligrosas en niños y en bebés. Se calcula que aproximadamente más de un millón de niños menores de 5 años pierden la vida cada año a causa de esta infección.

Además la neumonía es la causante de gran parte de ingresos hospitalarios. Sobre todo entre las personas mayores de 65 años, los niños y los bebés. A pesar de producir tantos ingresos, lo cierto es que prácticamente el 80 por ciento del tratamiento se lleva a cabo fuera del hospital.

La neumonía en niños y bebés

La neumonía provoca graves dificultades a la hora de respirar. Al inflamarse los alveolos respirar resulta doloroso y desagradable. Además las vías, una vez inflamadas, se llenan de líquidos pegajosos que dificultan todavía más la respiración. Estos líquidos son una respuesta de nuestro organismo para evitar que la infección avance por el resto del cuerpo.

En el caso de los niños hay que tener mucho cuidado con los catarros y la gripe. En muchos de los casos la neumonía aparece tras pasar alguno de estos procesos infecciosos o víricos.

Por norma general la neumonía no tiene por qué ser peligrosa. Sin embargo si no se trata adecuadamente puede terminar por provocar la muerte del pequeño. De hecho las complicaciones con este tipo de infección han hecho que la neumonía se convierte en una de las principales causas de mortalidad infantil. El 15 por ciento de fallecimientos que se dan cada año entre niños menores de 5 años son causados por culpa de la neumonía.

Tipos de neumonía

Como adelantábamos unas líneas más arriba la neumonía puede ser de dos tipos:

  • Vírica. La neumonía de tipo vírico es la más agresiva y más frecuente. A diferencia de la neumonía infecciosa recuperarse de ella es un proceso mucho más lento. Puede llegar a durar hasta semanas. Esto es así porque los antibióticos no son capaces de hacerla frente. El cuerpo se cura por sí mismo. Suele ser más común en bebés y en preescolares. A pesar de ello puede aparecer en niños de cualquier edad. Otra de las diferencias entre la variedad infecciosa y la vírica es que esta es mucho más agresiva y afecta a todo el pulmón y no solamente a una parte. Además, sus síntomas son más variados que en la otra modalidad.
  • Infecciosa o Bacteriana. En este caso la neumonía es provocada por diferentes tipos de bacterias. Este tipo de neumonía es conocida como neumonía bacteriana. Las bacterias que con más frecuencias provocan esta infección son los Streptococcus pneumoniae o neumococos. Puede afectar a niños de cualquier edad y suele hacerlo en una parte del pulmón. Por norma general se detecta con relativa rapidez ya que la fiebre se dispara y comienza a aparecer tos acompañada de flemas. Se trata con antibióticos y le niño suele mejorar con mucha rapidez. Aproximadamente en una media de 48 horas ya se muestra prácticamente recuperado.

Diagnóstico

Para determinar si un bebé o un niño tienen neumonía es necesario visitar a un médico de cabecera. Este, realizará los siguientes estudios para ofrecer un diagnóstico.

  • Exploración física. Por medio de preguntas y un examen físico, podrá averiguar de qué tipo de enfermedad se trata.
  • Análisis de sangre. Para saber qué es lo que ha causado la infección hay que llevar a cabo un análisis de sangre. En esta analítica el médico podrá averiguar si se trata de una neumonía de tipo vírico o infeccioso. Lo que ayudará a saber cómo tratarla posteriormente.
  • Radiografía de tórax. Muchos médicos, además de la exploración física y la analítica de sangre, solicitan también radiografías de tórax. De este modo pueden ver con facilidad el fluido en los pulmones y saber cuán grave puede ser la infección en ese momento.

¿Qué síntomas orientan al médico para determinar el diagnóstico?

Para ofrecer un diagnóstico adecuado el médico ha de repasar los síntomas del paciente. Estos pueden variar en función de la edad del niño y del tipo de neumonía que sea (vírica o infecciosa). A pesar de ello existen una serie de síntomas que suelen repetirse en estos cuadros médicos:

  • Dificultad a la hora de respirar. Los niños o bebés que padecen esta infección suelen presentar dificultad para respirar con normalidad. En muchas ocasiones tienen una respiración muy agitada.
  • Tos que puede estar acompañada de mucosidad. En estos casos es común que las vías respiratorias estén más congestionadas.
  • Fiebre. Sobre todo en la de tipo infeccioso la fiebre suele ser muy alta y aparecer con mucha rapidez. No obstante en unas 48 horas en este tipo de neumonías los síntomas suelen mejorar o incluso desaparecer.
  • Cansancio e irritabilidad. Los niños que padecen esta infección presentan mayor dificultad para dormir y respirar. De ahí que se encuentran más ariscos y cansados.
  • Dolor de pecho y abdomen. Estos dolores, sobre todo el de pecho, se acentúan cuando el niño tose.
  • Falta de apetito. Uno de los síntomas más habituales de esta infección es que los niños pierdan el apetito. Muchos de ellos incluso se niegan a comer.
  • Uñas y labios algo azulados o pálidos. Esta infección impide que el oxígeno se filtre bien en la sangre. Igualmente no ayuda a que el dióxido de carbono se expulse correctamente. De ahí que en ocasiones las uñas y los labios de los niños o bebés pueden amoratarse un poco. Este síntoma aparece cuando hay una falta de oxígeno en el organismo.
  • Vómitos.

Tratamiento

Como explicábamos unas líneas más arriba, el 80 por ciento de los tratamientos son extra hospitalarios. Es decir, que se hacen normalmente en casa. No obstante, cuando los síntomas son muy agresivos, la hospitalización puede llegar a ser necesaria. En esos casos el tratamiento es hospitalario. La neumonía suele derivar en hospitalización cuando se juntan varios de los siguientes síntomas:

  • El niño todavía no ha llegado a cumplir el año. En estos casos el control médico es imprescindible. De ahí que se proceda a la hospitalización del pequeño.
  • No pueden retener los medicamentos administrados por vía oral. Muchos pequeños se encuentran tan débiles que incluso vomitan los medicamentos que se les administra. En este caso hay que administrarlos vía intravenosa en el propio hospital.
  • Graves problemas respiratorios.
  • Deshidratación grave.

En este apartado vamos a ver estos dos tipos de tratamientos con más calma.

Tratamiento desde casa de la neumonía en niños y bebés

Cuando el niño o el bebé no está excesivamente grave, lo normal es que le tratamiento se lleve desde casa por parte de los padres. Y con visitas periódicas al pediatra para comprobar que el avance es el adecuado.

Entre las principales recomendaciones para tratar la neumonía de los niños y los bebés en casa destacan sin duda las siguientes:

  • Reposo. Los niños y los bebés que padecen esta infección suelen estar muy cansados. De ahí la necesidad de mantener reposo por lo menos durante unos días. De esta manera se recuperará con mayor facilidad.
  • Beber mucha agua. El agua es un truco indispensable para ablandar la mucosidad y conseguir que el pequeño respire mucho mejor. Además, así se evitará la deshidratación. Muchos niños no quieren comer cuando tienen neumonía. Sin embargo el caldo de pollo o una sopita caliente les suele apetecer y les sienta muy bien. Es otra manera de conseguir que tomen más líquidos. Es muy importante evitar la deshidratación mientras están enfermos. Esta es una de las principales causas que puede derivar en la hospitalización del pequeño.
  • No fumar cerca del pequeño. Esta recomendación es importante tanto si el niño o el bebé tienen o no neumonía. El humo del tabaco es muy perjudicial para la salud. Y en los niños, cuyos pulmones no están completamente desarrollados, resulta todavía más peligroso. Evita SIEMPRE fumar cerca de niños y bebés. De esta manera protegerás sus pulmones y ayudarás a que crezcan mucho más sanos.
  • Evitar que duerma en una posición completamente plana. Si quieres que tu pequeño respira mejor mientras pasa esta infección puedes colocarle una o varias almohadas blanditas bajo la cabeza. De esta manera le resultará mucho más fácil respirar y descansará mejor durante los periodos de reposo.
  • Medicamentos para aliviar el dolor. En caso de que el niño tenga dolores de abdomen o de pecho mientras respira es probable que el pediatra os recete algún tipo de medicamento. De este modo puede aliviarse el dolor del pequeño. Lo más común suele ser el paracetamol. En ningún caso hay que medicar al niño sin que el médico determine que esta solución es la adecuada.

Tratamiento hospitalario de la neumonía en niños y bebés

Cuando el niño permanece ingresado en el hospital los médicos vigilan de cerca sus progresos y reacciones. En estos casos el tratamiento suele ser el siguiente:

  • Medicamentos administrados por vía intravenosa. Esto se realiza sobre todo en aquellos niños que no toleran los medicamentos por vía oral. Sin embargo solo son efectivos para los casos provocados por una bacteria. Ya hemos explicado que los medicamentos no sirven de nada contra la neumonía de tipo vírico.
  • Oxígeno. No se aplica en todos los casos pero se utilizará en aquellos niños con serias dificultades para respirar.
  • Suero por vía intravenosa. Como explicábamos unas líneas más arriba una de las causas que pueden provocar la hospitalización inmediata es la deshidratación. Para luchar contra ella se administra suero por vía intravenosa.

Algunas recomendaciones para evitar la neumonía en niños y bebés

Si quieres evitar que un bebé o un niño padezcan este tipo de infección aquí tienes algunas recomendaciones:

  • Hay que enseñarles a no compartir vasos ni cubiertos. Esto es muy importante cuando los pequeños comienzan a acudir a la guardería y al colegio. Hay que enseñarles que los cubiertos son solo para ellos y no han de ser compartidos con los compañeros.
  • Lavares las manos después de toser o sonarse los mocos. La higiene es una de las mejores armas contra todo tipo de infecciones. Hay que enseñar a los pequeños que tras estornudar, toser o sonarse los mocos, hay que lavarse las manitas para evitar que el virus o las bacterias se propaguen.
  • Acudir a lugares libres de humo. El humo es muy perjudicial para los pulmones. De ahí que siempre sea recomendable llevar a los niños a espacios libres de humo.

Puedes aprender más datos sobre los Tipos de neumonía. Síntomas y tratamientos en el siguiente artículo.

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